En una bodega de reciclaje, todo parece normal: unos obreros hurgan entre contenedores para rescatar tornillos, varillas y bolas de hierro, que luego organizan para su procesamiento.
Así, a primera vista, es difícil darse cuenta de que los trozos alguna vez fueron prótesis de caderas, rodillas artificiales e implantes metálicos de todo tipo, rescatados de entre las cenizas de los crematorios.
El Nuevo Herald |
14/12/2011