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Apreciaciones religiosas de la cremación

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Religion dhármica

Mientras la religión abrahámica prohíbe la cremación y prefiere el entierro, las religiones del Este como el hinduismo y el budismo ordenan el uso de la cremación. En dichas religiones el cuerpo es visualizado como un instrumento portador del alma al nacer. Una de las citas del Bhagavad Gita señala: "Así como las vestimentas viejas son lanzadas lejos y se toman nuevas, el alma sale del cuerpo después de la muerte para tomar otro nuevo". De ahí que el cadáver no sea considerado sagrado, desde que el alma lo ha abandonado; así pues, la cremación no es considerada como poco ética por la religiones orientales. En el sijismo, el entierro no está prohibido, aunque la cremación es la opción preferida por razones culturales más que por razones religiosas.

De acuerdo a las tradiciones hindúes, las razones para preferir la destrucción del cuerpo a través del fuego en lugar de sepultarlo es la de inducir un sentimiento de la separación del espíritu fresco e incorpóreo, a quien será útil alentar en su paso a "el otro mundo" (el último destino del muerto). Esto explica también los entierros de santos varones (cuyo espíritu ya ha sido "separado" suficientemente debido a prácticas ascéticas de toda la vida) y de niños y jóvenes (cuyos espíritus no han vivido casi para desarrollar lazos con este mundo).

Los santos varones son sepultados en la posición de flor de loto y no en posición horizontal como en otras religiones. La cremación es referida como antimsamskara significando literalmente "la última condición".

Cristianismo

En los países cristianos, la cremación perdió aceptación entre las personas. El desaliento de la Iglesia Católica hacia la cremación provino de varias ideas: primero, que el cuerpo es como un instrumento a través del cual se reciben los sacramentos, es por sí mismo sacramental, y debe ser considerado como objeto sacro; segundo, como parte esencial del ser humano, se debe disponer de él de una manera honrosa y reverencial, y muchas prácticas tempranas eran visualizadas como paganas y como un insulto al cuerpo; tercero, como una imitación de la inhumación de Jesucristo, el cuerpo de un cristiano debía ser sepultado, y cuarto, que constituía una negación de la resurrección del cuerpo. La cremación no estaba prohibida porque interfiriese definitivamente con la capacidad de Dios de resucitar el cuerpo; sin embargo, esto fue refutado inicialmente por Minicius Felix, en su diálogo Octavius.

La cremación no fue de facto prohibida en sí y por sí misma, aún en Europa dentro de la etapa Medieval fue practicada bajo situaciones en la cuales había multitudes de cuerpos simultáneamente, tales como en una batalla, durante una "peste" o alguna hambruna, y en donde existiese un peligro latente de focos de esparcimiento de enfermedades a través de los cadáveres.

Sin embargo, la inhumación o sepultura quedaron a ley, salvo en casos en que las circunstancias requirieran la cremación para bien público.

A principios de la edad media y aun tiempo después, pasado el siglo XVIII, racionalistas y clasicistas comenzaron a señalar a la cremación nuevamente como una negación de la resurrección y/o la vida después de la muerte, aunque el movimiento en pro de la cremación muy frecuentemente no tomase mucha atención en discernir sobre los asuntos teológicos acerca de la misma.

El sentimiento intrínseco de la Iglesia Católica contra la cremación vino a endurecerse al afrontar la asociación de ésta con las reglas de los "enemigos profesos de Dios", lo cual vino a suavizarse hacia los años 60. La Iglesia Católica sigue prefiriendo la inhumación tradicional o el sepultamiento del cuerpo, pero la cremación ahora es libremente permitida, en tanto no signifique un rechazo a la creencia en la resurrección del cuerpo.

Hasta 1997, las regulaciones litúrgicas católicas, requerían que la cremación tuviese lugar después de la ceremonia funeraria religiosa, de ser posible de cuerpo presente, el cual debería recibir la bendición y ser sujeto de oración, mencionando al difunto. Una vez que ésta hubiese concluido, el cuerpo podría ser cremado y un segundo servicio religioso podía asistirse en el crematorio o en el momento de enterrar las cenizas como si se tratase del cuerpo en sí. Las regulaciones litúrgicas actuales permiten una misa con el contenedor de cenizas presente, pero se necesita autorización previa del obispo local si es necesario. La Iglesia mantiene los requerimientos específicos para la disposición reverente de las cenizas; normalmente éstas son sepultadas o enterradas en un contenedor apropiado, tal como una urna (en lugar de mantenerlas en la casa de los familiares, aún cuando en algunos hogares católicos suele ser práctica usual). Los cementerios católicos hoy en día reciben restos cremados, los cuales son confinados en nichos especiales.

La Iglesia Protestante fue más concordante con el uso de la cremación y mucho antes que la Iglesia Católica; el sentimiento de pro-cremación no fue del todo unánime entre los protestantes; no obstante, el primer crematorio en los países protestantes se construyó en 1870, y en 1908 el decano y capitán de la abadía de Westminster, una de las más famosas Iglesias Anglicanas, solicitó que los restos que fueran incinerados debían ser sepultados en cercanía de la abadía. El dispersar las cenizas o regarlas es una práctica aceptable en muchas denominaciones protestantes, y algunas iglesias tienen su propio "jardín del recuerdo", sitio en el cual, los restos pueden ser dispersados. Otro grupo que también apoya a la cremación son los Testigos de Jehová.

Por otra parte, algunas ramas del cristianismo se mantienen en oposición a la cremación, incluyendo algunas minorías protestantes. Más notable es la prohibición que mantiene la Iglesia Cristiana Ortodoxa, salvo excepciones que son consideradas inevitables (cuando las autoridades civiles o situaciones de posibles epidemias lo requieren). Cuando la cremación es elegida voluntariamente, para una causa no buena para quien muere, a él o ella no se le permite un funeral en la iglesia, y puede ser excluido en las oraciones litúrgicas para los desaparecidos. En la religión ortodoxa, la cremación es considerada un rechazo general al concepto de resurrección, y como tal es visto severamente.

Judaísmo

El judaísmo ha desaprobado tradicionalmente a la cremación (que fue uno de los medios tradicionales para disponer de los muertos en la Edad del Bronce vecina a las culturas semíticas paganas). De la misma forma también ha desaprobado la conservación del muerto por medio del embalsamarlo y la momificación —una práctica de los egipcios antiguos—. Durante el siglo XIX y principios del XX, como los cementerios judíos, en muchas ciudades europeas habían llegado a su límite poblacional, la cremación fue aceptada como un medio de entierro entre los judíos liberales. Los movimientos liberales actuales, como La Reforma al Judaísmo, siguen apoyando a la cremación, aunque la inhumación (entierro) permanece como la opción preferida.

Los judíos ortodoxos han mantenido una estricta línea respecto de la cremación. La desaprueban tal y como se prohíbe en el Halakha (la ley judía). Este referente halakhi refuerza la resurrección de la persona como una creencia central del judaismo "convencional", en comparación con otras tendencias antiguas tales como el Saduceo, que lo niega. También la memoria del Holocausto, donde millones de judíos fueron asesinados por los nazis y sus cuerpos fueron dispuestos quemándolos en hornos crematorios o en fosas ardientes, le ha dado a la cremación connotaciones muy negativas para el Judaísmo Ortodoxo de los grupos conservadores.

Religión mormona

Desde su organización en 1830, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a través de sus líderes ha exhortado a sus seguidores a evitarla, a menos que sea requerido por la ley, y hasta donde sea posible, para consignar al cuerpo al entierro en la tierra, y a permitir a la naturaleza el encargarse de su disolución, "del polvo has sido creado, y en polvo te convertirás" (Gen 3:19). El presidente Spencer W. Kimball escribió: "El significado de la muerte no ha cambiado, libera un espíritu para el crecimiento y desarrollo, y coloca un cuerpo en la madre tierra". Con el tiempo los regresos mortales del cuerpo al elemento nativo, y si se guarda en un sitio elegido por la familia para el entierro, o se inhuma en las profundidades del mar, cada parte esencial, se restaurará en la resurrección: "Cada miembro y su coyuntura serán restaurados a su cuerpo; aun un pelo de la cabeza no se perderá, todas las cosas regresarán a su marco apropiado y perfecto.

Zoroastrismo

Generalmente los parsis prohíben totalmente la cremación como algo que ensucia al fuego, símbolo de todo lo que es sagrado. El entierro es desconocido también, por razones semejantes, y el método tradicional para disponer de un cadáver es el exponerlo como alimento para los buitres en las "torres de silencio". Sin embargo algunas figuras contemporáneas de la fe han optado por la cremación. El cantante Freddie Mercury, líder de Queen (grupo británico de rock), quien era creyente parsi-zoroastrista, fue cremado después de su muerte. En adición, Rajiv Gandhi fue objeto de una gran publicidad a partir de la cremación de su cuerpo en una pira de madera de sándalo, él también era parsi (aunque hinduista por vía materna).

Neopaganismo

Acorde a las interpretaciones feministas de los registros arqueológicos, la cremación es un rasgo característico de las religiones patriarcales; el humo elevándose simboliza el espíritu del difunto ascendiendo al dominio de las deidades padres en los cielos. Mientras que en las religiones matriarcales, se especula que favorecen el enterramiento del cuerpo en posición fetal para representar el regreso del cuerpo a la Madre Tierra a través de la tumba que simboliza el útero. Las religiones neopaganas modernas están a favor de la cremación.

Otras religiones que permiten la cremación

   adventistas
   ásatrú
   budismo
   ciencia cristiana
   cienciología
   cuáqueros (Sociedad de Amigos),
   Ejército de Salvación
   hare krishnas (Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna)
   hinduismo (exceptuada para sanyasis, eunucos y niños menores de 5 años)
   iglesia de Gales
   iglesia de Irlanda
   iglesia episcopal escocesa
   iglesia Morava
   iglesia unida de Canadá
   luteranismo
   metodismo
   sijismo
   testiguismo
   universalismo unitario
   jainismo

Otras religiones que prohíben la cremación

El islam y el zoroastrismo la prohíben contundentemente. El neo-confucianismo bajo Zhu Xi firmemente desaprueba la cremación de un familiar como un acto no filial.

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